Envío de remesas se desacelera a nivel mundial, pero América Latina se mantiene como la región líder
En esta parte del mundo, México, Guatemala, República Dominicana y Colombia fueron los principales receptores de recursos en 2023.
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El envío de remesas hacia el extranjero tuvo una desaceleración a nivel global en 2023. Así lo constató el último reporte elaborado por el Banco Mundial, en el cual se calcula que los flujos de dinero vía remesas hacia países de bajos y medianos ingresos se moderaron el año pasado, totalizando US$ 656.000 millones.
Esto se traduce en una tasa de crecimiento de apenas 0,7% respecto al año previo, y se da después de que en 2021 y 2022 se registraran períodos de fuerte crecimiento. Sin embargo, el envío de remesas siguió siendo una fuente crucial de financiamiento externo para los países en desarrollo, además de fortalecer las cuentas corrientes de naciones con problemas de deuda y de inseguridad alimentaria.
De acuerdo al organismo, la región con mayor alza de flujos fue América Latina y el Caribe, con un incremento de 7,7% durante el año pasado, contabilizando US$ 156.000 millones durante el periodo. Esto es una ralentización respecto a 2022, período que marcó un crecimiento de 10,5%.
En la región, el mayor receptor de remesas fue México, con US$ 66.200 millones, un aumento de 7,8%. Le siguió Guatemala con US$ 20.000 millones, República Dominicana con US$ 10.600 millones y Colombia con US$ 10.100 millones.
El caso de Chile contrasta y se registró la salida de US$ 682 millones, traducidos en una ligera alza de 0,9% respecto al año anterior. Mientras que, en el caso de la entrada de remesas, se contabilizaron solo US$ 70 millones, cifra similar a la del año previo.
Repunte en 2024
El Banco Mundial espera que los flujos de remesas hacia la región aumenten un 2,7% en 2024 y 1,6% en 2025. Además, el costo de enviar US$ 200 a la zona fue del 5,9% de dicho valor en promedio, sin variación respecto al año anterior.
América Latina y el Caribe tuvo un crecimiento de los flujos de remesas de 7,7% durante el año pasado, contabilizando US$ 156.000 millones durante el período.
El mayor receptor de remesas en la región fue México, con US$ 66.200 millones, un aumento de 7,8%.
El caso de Chile contrasta con el resto de la región, ya que se registró la salida de US$ 682 millones y entrada de remesas por US$ 70 millones.
Para tener una dimensión, el costo promedio mundial de enviar US$ 200 en el cuarto trimestre de 2023 fue de 6,4% del monto enviado, levemente por encima al 6,2% del año anterior. En el caso de las remesas digitales, el costo fue de un 5%.
Después de América Latina y el Caribe, el mayor flujo de envíos de dinero se dio en el sur de Asia, con una variación de 5,2%, y Asia oriental y el Pacífico (4,8%, excluyendo a China). Al contrario, regiones como África Subsahariana tuvo un leve descenso de 0,3% y Medio Oriente y Norte de África también cayó, pero un 14,8%.
Los principales países receptores de remesas en 2023 fueron India, con una entrada estimada de US$ 120.000 millones, México con US$ 66.000 millones, China (US$ 50.000 millones), Filipinas (US$ 39.000 millones) y Pakistán (US$ 27.000 millones).
El Banco Mundial también estima que para 2024 los países de ingreso bajo y mediano tendrán un crecimiento en sus flujos de remesas de 2,3% para 2024 y 2,8% para 2025.
La directora de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial, Iffath Sharif, indicó que la migración y las remesas conexas son “motores esenciales” del desarrollo económico y humano.
“Muchos países están considerando gestionar la migración debido a los desequilibrios demográficos mundiales y el déficit de mano de obra, por un lado, y los altos niveles de desempleo y la deficiencia de capacidades, por el otro. Estamos trabajando en la preparación de alianzas entre los países de origen y de destino de migrantes para facilitar la capacitación, especialmente de los jóvenes, de modo que adquieran las habilidades necesarias para obtener mejores empleos e ingresos en sus propios países o en el extranjero”, agregó.